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martes, 30 de junio de 2015

Dudar de las vacunas es dudar de nuestra sanidad

La desgraciada noticia de la muerte de un niño de Olot a causa de la difteria, enfermedad que no causaba ningún caso en España desde hacía 28 años ha reavivado el debate acerca de la conveniencia o no de vacunar a la población. Como profesional sanitario, en concreto médico especialista en microbiología, se me hace extraño en pleno siglo XXI tener que defender el grupo de fármacos que más vidas han debido salvar en el mundo junto con los antibióticos.

La política vacunal de un país viene marcado por los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su posterior implantación se sustenta principalmente en dos especialidades: Pediatría y Medicina Preventiva. Otras especialidades como Medicina Familiar y Comunitaria, Microbiología y Enfermedades Infecciosas formarían el repoker de ramas de la medicina más directamente implicadas con las vacunaciones, aunque son muchas más las que en determinadas circunstancias se ven afectadas por las indicaciones de las vacunas. España es un país que, pese a los recortes, todavía tiene una sanidad pública reconocida mundialmente por su calidad. ¿Adonde quiero ir a parar? Pues a que dudar de la bondad de las vacunaciones es dudar de tu pediatra, de tu médico de cabecera y de tu especialista que te recomienda vacunarte en una situación que te haga ser más proclive a las infecciones, como en casos de trasplantados, o tratamientos con inmunosupresores.Pero dudar de la eficacia de las vacunas no es sólo dudar de esos profesionales que nos tratan en el día a día, sino dudar de la mayoría de estudios que sustentan la eficacia de las vacunas realizados por investigadores absolutamente independientes de la industria farmacéutica.

Todas las entidades implicadas, desde la OMS, pasando por el CDC (Center for Diseases Control and Prevention), la sociedad Española de Pediatría, la de Medicina Preventiva o la de Medicina Familiar son claras en las bondades de la vacunación.  Dudar de vacunar es dudar de nuestra sanidad, de la sanidad mundial, es pensar que la mayoría de especialistas somos cómplices de recomendar algo nocivo para la salud, es pensar que la mayoría de sanitarios mentimos. La vacunación sistemática ha hecho desaparecer enfermedades como la viruela y descender drásticamente algunas enfermedades como la difteria, la poliomielitis, el sarampión, la meningitis por Haemophilus influenzae, la rubeola o las paperas.


Ahora bien, si todo está tan claro, ¿de donde viene el problema de dudar de las vacunas? Pues los factores son variados: efectos adversos, coberturas de las vacunas, mala política sanitaria y comportamientos dudosos de la industria farmacéutica. La Sociedad Española de Pediatría en su portal de Comité asesor de vacunas (http://vacunasaep.org/) en el apartado de área familiar responde a los efectos adversos, a la cobertura de cada vacuna, que son amplias pero no son del 100% y a todos los falsos mitos que se han comentado sobre las vacunas, como el aumento de muertes súbitas, autismo o incremento de encefalitis. Más que explicarlo os aconsejo su lectura.

La mala política sanitaria y los intereses de las compañías farmacéuticas son factores muchos más difíciles de controlar que la seguridad de las vacunas. Pese a que para la industria farmacéutica su prioridad número uno no es la salud pública, sino el ganar dinero, hay que recordar que hay un control exhaustivo por parte de la administración y profesionales varios, para certificar la seguridad de las vacunas. Ningún gobierno puede arriesgarse a poner enferma a la población sana y por ello, las vacunas pasan más controles que ningún otro producto que se comercialice. Antes de ser recomendadas pasan un exhaustivo proceso de investigación previo a su uso en la población. Temas que han salido a la luz pública de compras excesivas de vacunas como hubo en su momento para la gripe A no ayudan a la confianza del usuario que piensa que todo es un negocio, pero la realidad es que el exceso de celo que en determinadas circunstancias tienen los gobiernos para no quedarse desabastecidos es aprovechado sin ningún tipo de miramiento por las multinacionales. Resumiendo, ganan dinero si, intentan ganar más, pero con productos seguros y eficaces.
A nivel de política sanitaria es imprescindible poner todos los medios necesarios para que las vacunas probadas como efectivas tengan una distribución mundial, en esto si tiene que haber una globalización decidida. También es necesario que las vacunas, una vez esté demostrada su eficacia, no supongan un gasto desmesurado a la sanidad mediante el establecimiento de convenios entre las empresas y la OMS.

Las vacunas han sido, son y serán una de las armas más importantes que tiene el ser humano para controlar las enfermedades infecciosas. Es lógico que ante determinadas noticias, a veces poco contrastadas, la población dude, pero vuelvo a repetir, la inmensa mayoría de los profesionales sanitarios estamos convencidos de los beneficios de las vacunas y no recibimos ningún incentivo de la industria farmacéutica. La gran mayoría de especialistas no nos dejamos llevar por cantos de sirena y sí por las evidencias clínicas de los estudios científicos independientes y de nuestra experiencia.



Por último dejaros unas reflexiones. A las personas que no crean en las vacunas lo que hay que hacer es informarlas, no crucificarlas. Que todo el mundo se informe donde debe sobre las indicaciones de las vacunas, en hospitales y centros de salud, y si a pesar de informarse en los sitios adecuados no quieren vacunarse o vacunar a sus hijos, no obligarles a hacerlo, pero si instarles a firmar un documento donde los únicos responsables de las consecuencias son ellos mismos.

Educación si, imposición no.

jueves, 25 de junio de 2015

Es tiempo de política no de políticos

Querría empezar con la definición de política que pone en wikipedia que me parece muy clarificadora:
"La política (del latín politicus y ésta del griego antiguo πολιτικός 'civil, relativo al ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano') es una rama de la moral que se ocupa de la actividad, en virtud de la cual una sociedad libre, compuesta por personas libres, resuelve los problemas que le plantea su convivencia colectiva. Es un quehacer ordenado al bien común.
Es la ciencia que se encarga del estudio del poder público o del Estado. Siguiendo con esta definición la política es el ejercicio del poder que busca un fin trascendente. Promueve la participación ciudadana al poseer la capacidad de distribuir y ejecutar el poder según sea necesario para promover el bien común en la sociedad."
La verdad es que con esta definición está claro que es y que es lo que no se hace en la realidad. Desgraciadamente parece que el paso del tiempo ha hecho olvidar a los políticos la parte que se refiere a buscar el bien común de la sociedad. A veces no sé de quien buscan el bien común a parte del de ellos mismos. ¿A que todos nos apuntaríamos a un ejercicio de la política como el que marca esa definición? Todo sería más fácil, pero no es así, y con el paso de los años la gente de la calle ve con más claridad que, por desgracia, los políticos han olvidado el como ejercer la política de verdad.
Con las elecciones generales en el horizonte, los partidos comienzan a desarrollar sus discursos para "comprar" votos. Los partidos necesitan los votos para ejercer esa política. No sólo necesitan los votos de sus militantes, ni siquiera sólo los de sus simpatizantes. Necesitan seducir a cualquier ciudadano que estén receptivo a su mensaje. Con esto quiero ir a parar que todos los ciudadanos deberíamos de formar parte de la democratización de los partidos, ya que los partidos nos necesitan para realizar su programa político.
Pero el tiempo pasa y los ciudadanos nos damos cuenta que la política de los partidos no nos sirve para solucionar nuestros problemas. Por ello ha llegado el tiempo de la política a través de los movimientos sociales (mareas blancas, 15 M, plataformas anti desahucios...) La ciudadanía ha pasado a ser espectadora de la política a ser ejecutora. 
Y en este contexto simpatizantes de izquierda recogemos ese guante de hacer política y le damos una nueva oportunidad a los políticos mediante la plataforma Somos Izquierda. Llegados a este punto, lo importante son los derechos de los ciudadanos, y principalmente los más necesitados. Es por ellos que exigimos que los partidos de izquierda, históricamente más receptivos a las personas y sus derechos, busquen una línea común en puntos básicos e innegociables. No nos importa quien se siente en la silla, ni quien viene después o si lo hacen alternativamente, lo que de verdad nos interesa es un programa común de izquierdas en favor de la gente, no es tan difícil de entender.

Es hora que no haya tabiques infranqueables entre la izquierda. Foto: huffingtonpost.es
Señores políticos de todos los partidos de izquierda, guarden sus ansias de poder, cómanse su orgullo y sus ambiciones y hagan política de verdad, estoy seguro que la gran mayoría de personas con ideología de izquierda se lo agradeceremos.

lunes, 22 de junio de 2015

Los políticos y las banderas

Mi capacidad de asombro acerca de lo que son capaces de hacer los políticos por ganar adeptos es inconmensurable, pero Pedro Sánchez es de los líderes en ese ránquing particular. No voy a comentar anteriores curiosidades tipo apariciones en programas de corazón, campañas de marketing quitándose las vocales, o reivindicaciones de ideas opuestas en función del sitio donde habla. No, eso dejémoslo en la hemeroteca.
Mi entrada es debida a la estupefacción que le causa a un socialista como yo ver que el candidato de un partido, que para muchos ha significado dignidad para la gente republicana de este país, se pasea pavoneándose en su proclamación como candidato a la presidencia del gobierno con una enorme bandera española.

"Innovadora" imagen para un candidato socialista Foto: La voz de Galcia

Lo siento, pero es que yo soy anti banderas, y si me gusta alguna es la republicana que no representa límites sino ideologías. En un mundo donde deberíamos de buscar puentes de comunicación para buscar la equidad y la justicia, las banderas representan fronteras, y en eso no creo. ¿Quiere decir eso que no quiera a mi país? Pues no. Lo quiero a mi manera, sin darme golpes en el pecho como un patriota enfervorecido. No hace falta pintarse la cara con los colores rojigualdos para proclamar ese cariño. Quiero a España, pero quiero inmensamente más a los españoles, y a éllos que uno de los referentes políticos del país salga con una enorme bandera ni les quita el hambre, ni les da trabajo, ni les da una vivienda digna.
Imagino que alguien le habrá recomendado a Pedro Sánchez hacer eso para coger votos entre los españolistas. También imagino que le habrán dicho que hacer mítines a lo americano, con aparición de su mujer incluida, también le da un rédito. De todas maneras, ¿nadie le ha dicho el impacto negativo que tiene eso delante de muchos ciudadanos que simplemente somos de izquierdas y quieren alguien que represente eso independientemente de banderas y otras chorradas? Quizás puestos a poner banderas, hubiera sido más adecuado poner al lado de la bandera española todas las banderas de nuestras comunidades autónomas. En una España tan plural como la nuestra, el socialismo tiene que enarbolar, no una bandera, sino un modelo basado en el respeto a las singularidades de los diferentes pueblos que conviven en nuestro país. Convivencia, no simbolismos, que lo único que hacen es fomentar los extremos y que para lo único que sirven es para acercar al PSOE a esperpénticas imágenes patriotas que eran exclusividad del PP. Desde mi punta de vista, lo que hay que hacer es defender de una vez por todas el derecho a decidir de los diferentes pueblos, y fomentar un modelo federalista que en determinados lugares de España parece que no se puede mencionar porque quita votos.

Pedro Sánchez junto a su mujer. Foto: El periódico

Lo he dicho alguna vez pero lo vuelvo a decir, creo en la política pero no en nuestros políticos. Los que nos intentan representar deberían ser personas con un gran bagaje humanístico y muy preparados pero con sus acciones y decisiones no demuestran ser mejores que la mayoría del pueblo llano.
Para terminar una reflexión para Pedro Sánchez. El PSOE no es sólo del aparato, ni siquiera es de los afiliados, es de todos los que alguna vez nos hemos visto representados por esas siglas y que cada vez miramos con más perplejidad a algunos que se llaman socialistas.

miércoles, 17 de junio de 2015

¿Quién es la derecha para pedir dimisiones?

Los que somos de IZQUIERDAS con mayúsculas nos la prometíamos felices tras las elecciones del 24M. Los posibles pactos entre partidos podían desalojar de muchos ayuntamientos de España a la derecha. De hecho, tras las tomas de posesión, las alcaldías de las cinco primeras ciudades de España por población (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Zaragoza) han cambiado de bando.
Pero la maquinaria de la derecha no tardó en funcionar. Esa simbiosis cavernícola entre políticos y "periodistas" rápidamente saco a la luz el talón de Aquiles de miembros del gobierno de la Alcaldía de Madrid, personalizado en Guillermo Zapata, fallido concejal de cultura del ayuntamiento de Madrid.
El motivo de mi entrada no es valorar sus tweets, pero ya que estoy diré que son de un mal gusto intolerable. De hecho, muchos que ideológicamente somos de izquierda estábamos de acuerdo en que dimitiera, como muchas veces hemos pedido la dimisión de "los nuestros" cuando han hecho las cosas mal. Ese pequeño detalle es la diferencia fundamental en que se basa mi escrito. Con todas las tropelías que han cometido en este país la derecha, primero ¿como es que tienen tantos votos? y segundo, y más importante, ¿quienes son moralmente para pedir la dimisión de nadie con todas las barbaridades que han cometido antes y después de la democracia?

Manuel Fraga, fundador del Partido Popular, al lado del dictador Foto: periodismo digital


El PP no es nadie para pedir cuentas hasta que no pague sus deudas, muy numerosas con este pueblo que soporta día tras día los abusos y tropelías que se cometen con las clases más desfavorecidas. Si, estoy diciendo que en este país sólo tenemos ese derecho a pedir dimisiones las personas que no tenemos el cerebro lavado como una secta. Aquellos que somos capaces de señalar a alguien de nuestro partido por corrupto e inmoral. Esa supremacía ética la tiene la izquierda, el problema es que a la derecha le da igual.
Por ello es fundamental que este ruido mediático que ha generado el caso Zapata, y que pretenden repetir, esta vez de forma intolerable, con Rita Maestre no separe a la izquierda. Y en este punto es esencial el papel del PSOE como partido, como aparato. Bien está que con Guillermo Zapata se pongan dignos, pero es intolerable que con otros casos como el de Rita no cierren filas por el único lado que tienen salida en este país, el izquierdo. La derecha no parará hasta volver a tomar lo que creen que es suyo, para ello es esencial la unidad de la izquierda antes los ataques indiscriminados.
Por último una reflexión, Rajoy sería el primero que tendría que dimitir por corrupción y por inmoralidades, con lo que es llamativo que le eche en cara a Pedro Sánchez pactar con la izquierda "radical" en contra de la voluntad popular. ¡Que sabrá Rajoy que es la voluntad popular!

Zapata y Maestre en el punto de mira de la derecha 



lunes, 15 de junio de 2015

I have a dream... Somos Izquierda

Parafraseando con todo la humildad del mundo al grandioso Martin Luther King, I have a dream.. Quizás para ser más exacto lo podríamos poner en pasado, y sería tenía un sueño, o eso espero.
Ese deseo era el de un humilde ciudadano de a píe como yo, para más detalle de ideología de izquierdas desde la cuna. No terminaba de entender porqué, si cada vez que los partidos de derecha tenían opción de mandar y nos dilapidaban nuestros derechos, los partidos de izquierda no se unían para mantenerlos lejos del poder siempre que sea posible. En mis primeros años de raciocinio en la izquierda estaba el PSOE y el Partido Comunista (Izquierda Unida). Con sólo dos partidos los desencuentros eran numerosos, y sólo había un beneficiado, el Partido Popular. Curiosamente si militantes o simpatizantes de ambos partidos nos sentábamos, era fácil llegar a puntos de acuerdo, pero si los que discutían eran los oráculos, a unos la arrogancia y a otros el orgullo, les impedía en muchas oportunidades tender puentes. ¿Y quién salía perjudicado? El pueblo.


Maravillosa expresión de M. Luther King

Las circunstancias del país provocaron la necesidad de crear nuevas corrientes para dar un giro a la política. Si los políticos no se acercaban al pueblo, al pueblo no le quedó más remedio que acercarse a la política, y así surgieron los movimientos populares que nutrieron los partidos políticos existentes, pero sobre todo ayudaron a crear a un nuevo partido: PODEMOS. Este partido, dirigido en su mayoría por antiguos integrantes del partido comunista, supo aglutinar el malestar de la gente, y dirigirlo en contra de todos los políticos que se habían alejado de las necesidades del pueblo. La creación de este partido supuso la llegada de un nuevo partido de izquierdas, quieran ellos o no, aportando un soplo de aire fresco necesario para ilusionar y para hacer reflexionar a los partidos de izquierda de siempre que perdían votos porque se alejaban de las necesidades de la gente corriente.
Tanto PODEMOS como IU han querido siempre marcar distancias con el PSOE porque le achacaban innegables errores durante su gobierno. El problema es que esa crítica les llevaba a obviar las cosas buenas que habían hecho los socialistas, sobre todo a nivel de derechos sociales, y les englobaban en el mismo saco de "la casta" junto al PP. Eso me hacía pensar que sería imposible que mi sueño de buscar consensos entre la izquierda se pudiera hacer realidad.
Pero llegó a mi conocimiento una plataforma denominada Somos Izquierda. La conocí por Twitter y fui enterándome de su propósitos y de sus componentes. Los integrantes son bases de todos los partidos de la izquierda más gente no afiliada pero que su ideología es de esa tendencia. Su propósito fue lo que me terminó de convencer: buscar consensos entre todos los partidos de izquierda. No podía resistirme, representaba mi sueño. No sé como terminará, pero lo que si puedo decir es que miembros de diferentes partidos e independientes se alegran porque los partidos de izquierda han sido capaces, mayoritariamente, de buscar pactos en ayuntamientos para buscar mayorías. No puedo contaros nada mas, pero continuará el 20 de Junio en Madrid...

Cartel anunciador de la presentación oficial de Somos Izquierda

lunes, 1 de junio de 2015

Dentro del PSOE quieren tomarnos el pelo a los socialistas

He esperado una semana para dar mi opinión acerca de las elecciones municipales y autonómicas del 24M. Sentimiento agridulce para un socialista, al menos para mi. Me reconforta el ver que la ciudadanía castiga el manto de corrupción que el PP ha dejado caer sobre España, eso es magnífico. Pero por otro lado, el PSOE, guste o no, sigue perdiendo fuelle, más lentamente, pero pierde. Y para objetivar ello, aconsejo visualizar el siguiente enlace de EL PAIS donde se ve la evolución del voto de todas las elecciones municipales desde 1978. Por favor, que no me vendan humo. En las autonómicas la diferencia, que no es poca, es que el descenso del PP ha sido tan grande, que puede permitir al PSOE mediante pactos con hasta hace poco partidos innombrables recuperar parcelas de poder. No ha sido mérito del PSOE, sino demérito del PP. 

Salvo el punto negro de Andalucía, donde el tema de los ERE no ha sido un ejemplo de gestión, por mucho que diga lo contrario Susana Díaz, ahora no es la corrupción lo que pasa factura al PSOE. En mi opinión le pasa factura su indefinición política. En determinadas circunstancias queremos ser un partido de centro, pero cuando se leen los resultados electorales, parece que interesa decir que los españoles han decidido que el PSOE dirija la izquierda de este país. ¿En que quedamos?

Uno da la cara, otra manda en la sombra. Foto: ABC
Hay cosas que son objetivas y a favor del PSOE. Tenemos más votos que Podemos e IU, los otros partidos de izquierda. Tampoco se trata ahora que nos vendamos por un plato de comida. De lo que se trata es de demostrarles a estos partidos, y por ende a los votantes socialistas, que de verdad representamos los intereses y la ideología que marca la letra S de nuestro nombre; SOCIALISMO.

Por mucho que se empeñe Pedro Sánchez, el pueblo no le ha dado ningún empujón al PSOE hacia arriba, más bien le ha puesto a prueba para ver como se define. Si hace una negociación inteligente con PODEMOS, cogiendo la sartén por el mango, puede suponer un respaldo futuro, pero si no aprovecha esta oportunidad para hacerse valer, el PSOE seguirá cuesta abajo y sin frenos. No olvidemos que PODEMOS también se juega mucho, y si no pasa por el aro, tampoco conseguirá la ansiada alcaldía de Madrid. Hay que ser inteligentes, no intransigentes.

El PSOE tiene que demostrar que es un partido de izquierdas y que está por las políticas sociales sin ambages. Si renuncia con claridad a políticas aplicadas en el pasado de dudoso socialismo y se posiciona con claridad en temas como los desahucios, la sanidad y la educación publica y los sueldos de empleados públicos, tiene opción, sino, en las siguientes elecciones seguirá bajando.

Análisis concienzudo y menos críticas a personas como Madina a Talegón, que lo único que hacen es describir que el PSOE, lejos de ganar adeptos, los sigue perdiendo. Pedro, no somos tontos.

Escuchar a los críticos no es negativo