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jueves, 22 de diciembre de 2011

¿Y ahora qué, sindicatos?

En estos días tan señalados nos son buenos momentos para ser negativo pero lo que me rodea políticamente no me hace ser optimista. En Catalunya, el gobierno cada día se siente más fuerte para hacer una más gorda. Un día disminuir cobertura sanitaria, otro día cobrar un euro por receta, otro día anunciar subida de peajes, otro retener a los funcionarios el IRPF de una paga extra que aún no han cobrado y por último subir las tarifas de los transportes públicos, que como todos ustedes saben lo utilizan los más pudientes. En España el vuelo de la gaviota azul envuelve nuestro entorno. Rajoy, en un alarde de los suyos llenos de claridad dice que son momentos difíciles y que lo único que no bajará serán las pensiones. No voy a hacer de agorero pero creo que nos tocan tiempos muy complicados que encima están avalados por una dolorosa mayoría absoluta. Me tranquiliza saber que el patrimonio de los miembros de nuestro recién nombrado gobierno es tan alto que por mucha crisis que haya no se resentirá. Espero que nuestros sindicatos sean capaces de reaccionar cuando puedan limpiar las vergüenzas de sus propias casas con medidas similares a las que luego critican a los patrones. Si tengo que confiar en que los sindicatos nos van a defender cuando no son capaces de regular correctamente su entorno voy listo. Es muy deprimente mirar a la izquierda y ver a un IU que menosprecia a su mejor diputado, o cuando le pone en puente de plata los presupuestos al PP en Extremadura. Y que decir de un PSOE que se debate en guerras internas de guante blanco aparente. Pero lo que más duele son los sindicatos. No se tiene fuerza moral para luchar contra los patronos cuando tu en tu propia casa haces cosas muy parecidas a las que luego criticas.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Requiem por la sanidad pública.

Tengo 42 años, soy médico, trabajo en la sanidad pública y me siento orgulloso de ello como médico y como persona que vive en este país. Desde hace un año asistimos en Catalunya a un desgaste de derechos de usuarios y de trabajadores sanitarios. Con la bandera del recorte nos dan una torta tras otra a todos. Utilizan con habilidad el tema que los médicos de la sanidad pública somos privilegiados, cobramos mucho y que sólo nos movemos por dinero y que también nos tenemos que apretar el cinturón. Yo cobro 2900 €, un buen sueldo si, pero acorde a mi preparación y a mi responsabilidad y no me hierve la sangre porque me digan que soy un pesetero, me duele porque me dicen que no soy solidario. Nos pasamos nuestra vida intentando curar a nuestros vecinos, no tenemos horarios cuando se trata de ayudar a los demás, de hecho lo tenemos en nuestro código deontológico, ¿y son capaces de decirme que no soy solidario?. Los ciudadanos de este país cotizan por una sanidad pública y si la intentan destrozar como hace en Catalunya, en Madrid, en Castilla La Mancha, pues que nos devuelvan el dinero que con nuestro esfuerzo cedemos para esa sanidad pública y de calidad. Creo que en un momento de crisis nadie debería de cobrar más de 4000 - 5000 euros en una administración pública, y nadie es nadie. Se tendrían que eliminar prevendas a la iglesia, a la monarquía, eliminar diputaciones y bajarse el sueldo y las dietas los políticos de este país. ¿Quien es más necesario un médico o un político? Y un llamamiento a la sociedad, tenemos lo que nos merecemos, y la derecha sólo entiende de dinero, no de derechos.