Vistas de página en total

miércoles, 2 de octubre de 2013

Superhéroes de carne y hueso


Este relato quiere ser un homenaje a los cómics, que ocuparon mi infancia y adolescencia hasta un punto casi enfermizo. Toqué todos los palos, desde clásicos como el Jabato, Capitán Trueno, pasando por los hilarantes Mortadelo y Filemón, y Zipi y Zape, o los ya más mediáticos Superman, Spiderman, Xmen, bueno, en mis tiempos patrulla X, IronMan, mucho mejor que Hombre de Hierro, o los mismos Vengadores.

Esos cómics, o en mis tiempos tebeos, fueron la introducción a mi pasión por la literatura, y en muchas ocasiones fueron mi escape para buscar soluciones para momentos difíciles de mi vida. Cuando no sabia que hacer pensaba en que haría Sherlock Holmes, cuando lloraba siempre estaba un buen Mortadelo para alegrarme, cuando quería volar ahí estaba Supermán...

Pues bien, ahora ha llegado el momento de rendirles homenajes mediante mis propios héroes. Quizás vosotros ya los conozcáis, voy a daros unas pistas, sin revelaros sus identidades secretas.

Uno de mis personajes es hombre tiene cuarenta y pocos años y trabaja en una oficina. El otro es mujer, de aproximadamente la misma edad, casada con el anterior y en paro. De hecho lo de menos son los trabajos, se pueden intercambiar.

Ambos se levantan juntos cada mañana con una sonrisa en la boca y un beso para comenzar el día. Se toman un café con las noticias del día. El mundo sigue boca a bajo. Los líderes europeos sobre todo los nuestros compiten para ver quien lo hace peor. Nuestros políticos parecen empeñados en sumirnos cada mañana en una profunda depresión porque no hacen más que privarnos de derechos, pero pese a ello nuestra pareja de héroes deciden comenzar su cometido diario para salvar su mundo.

Él decide emprender la marcha en su flamante metro para enfrentarse a su más temido truhán, la hipoteca, al cual se tiene que enfrentar a solas desde que su mujer está en paro hace ocho meses. Tendrá que sortear numerosos obstáculos hasta llegar a la meta final, la nómina, pero nuestro héroe al final de mes siempre lo consigue. Por la noche se coloca el antifaz de llanero solitario en twitter y blogger e intenta inundar la red de su mensaje de igualdad y justicia, Es tan incauto que se atreve a mandarle mensajes a líderes políticos pensando que igual le harán caso.

Pero si esta labor es admirable no se queda atrás la de nuestra heroína. Todas las mañanas se pasa varías horas enviando currículos a empresas, revisando ofertas, actualizando perfiles en redes sociales y preguntándose como pueden pedir cinco idiomas en un puesto de administrativa pagando mil euros al mes. Además estudia idiomas y estudia una carrera a distancia.

Juntos sus poderes aumentan y consiguen ser felices y sacar adelante a sus hijos, y se creen tan poderosos que incluso se ven con energía de pedirle a su director del banco que le quiten el suelo de la hipoteca, sin suerte.

Sus poderes son enormes, casi ilimitados, pero están empezando a debilitarse, notan que los fraudes políticos, los recortes en derechos sociales, las injusticias,  la realidad en una palabra es demasiado fuerte. Es tan fuerte que por la mañana cuando se dan el beso de buenos días y se abrazan se preguntan si no tendrán que irse a otro planeta a lucir sus poderes.

Fueron pasando los días y la situación era insostenible. En todos los canales de radio y televisión no hacían más que aparecer discursos políticos de promesas incumplidas. Nuestros héroes no pudieron más, cogieron las maletas, cogieron a sus hijos bajaron las escaleras y se lanzaron a coger su nave cuando de pronto la calle se vio invadida por todos los superhéroes de la ciudad. Todos habían dicho basta y juntos había decidido fundar un mundo nuevo sin desigualdades. Se miraron unos a otros y se preguntaron, pero bueno, si somos mayoría ¿porque nos tenemos que ir nosotros?.

¿Habéis reconocido a los superhéroes? ¿Sabéis como acaba la historia?

 

 

 

No hay comentarios: