Este relato quiere ser un
homenaje a los cómics, que ocuparon mi infancia y adolescencia hasta un punto
casi enfermizo. Toqué todos los palos, desde clásicos como el Jabato, Capitán
Trueno, pasando por los hilarantes Mortadelo y Filemón, y Zipi y Zape, o los ya
más mediáticos Superman, Spiderman, Xmen, bueno, en mis tiempos patrulla X,
IronMan, mucho mejor que Hombre de Hierro, o los mismos Vengadores.
Esos cómics, o en mis tiempos
tebeos, fueron la introducción a mi pasión por la literatura, y en muchas
ocasiones fueron mi escape para buscar soluciones para momentos difíciles de mi
vida. Cuando no sabia que hacer pensaba en que haría Sherlock Holmes, cuando
lloraba siempre estaba un buen Mortadelo para alegrarme, cuando quería volar
ahí estaba Supermán...
Pues bien, ahora ha llegado el
momento de rendirles homenajes mediante mis propios héroes. Quizás vosotros ya
los conozcáis, voy a daros unas pistas, sin revelaros sus identidades secretas.
Uno de mis personajes es hombre
tiene cuarenta y pocos años y trabaja en una oficina. El otro es mujer, de
aproximadamente la misma edad, casada con el anterior y en paro. De hecho lo de
menos son los trabajos, se pueden intercambiar.
Ambos se levantan juntos cada
mañana con una sonrisa en la boca y un beso para comenzar el día. Se toman un
café con las noticias del día. El mundo sigue boca a bajo. Los líderes europeos
sobre todo los nuestros compiten para ver quien lo hace peor. Nuestros
políticos parecen empeñados en sumirnos cada mañana en una profunda depresión
porque no hacen más que privarnos de derechos, pero pese a ello nuestra pareja
de héroes deciden comenzar su cometido diario para salvar su mundo.
Él decide emprender la marcha en
su flamante metro para enfrentarse a su más temido truhán, la hipoteca, al cual
se tiene que enfrentar a solas desde que su mujer está en paro hace ocho meses.
Tendrá que sortear numerosos obstáculos hasta llegar a la meta final, la
nómina, pero nuestro héroe al final de mes siempre lo consigue. Por la noche se
coloca el antifaz de llanero solitario en twitter y blogger e intenta inundar
la red de su mensaje de igualdad y justicia, Es tan incauto que se atreve a
mandarle mensajes a líderes políticos pensando que igual le harán caso.
Pero si esta labor es admirable
no se queda atrás la de nuestra heroína. Todas las mañanas se pasa varías horas
enviando currículos a empresas, revisando ofertas, actualizando perfiles en
redes sociales y preguntándose como pueden pedir cinco idiomas en un puesto de
administrativa pagando mil euros al mes. Además estudia idiomas y estudia una
carrera a distancia.
Juntos sus poderes aumentan y
consiguen ser felices y sacar adelante a sus hijos, y se creen tan poderosos
que incluso se ven con energía de pedirle a su director del banco que le quiten
el suelo de la hipoteca, sin suerte.
Sus poderes son enormes, casi
ilimitados, pero están empezando a debilitarse, notan que los fraudes
políticos, los recortes en derechos sociales, las injusticias, la realidad en una palabra es demasiado
fuerte. Es tan fuerte que por la mañana cuando se dan el beso de buenos días y
se abrazan se preguntan si no tendrán que irse a otro planeta a lucir sus
poderes.
Fueron pasando los días y la situación era insostenible.
En todos los canales de radio y televisión no hacían más que aparecer discursos
políticos de promesas incumplidas. Nuestros héroes no pudieron más, cogieron
las maletas, cogieron a sus hijos bajaron las escaleras y se lanzaron a coger
su nave cuando de pronto la calle se vio invadida por todos los superhéroes de
la ciudad. Todos habían dicho basta y juntos había decidido fundar un mundo
nuevo sin desigualdades. Se miraron unos a otros y se preguntaron, pero bueno,
si somos mayoría ¿porque nos tenemos que ir nosotros?.
¿Habéis reconocido a los
superhéroes? ¿Sabéis como acaba la historia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario