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lunes, 1 de abril de 2013

La ética brilla por su ausencia.

Todos los días leemos o escuchamos noticias donde queda patente que la ética es una asignatura que muchos, o no hicieron o no aprobaron. Entramos en debates estériles acerca de si el escrache se tiene que hacer o no, cuando lo importante es si son éticos los desahucios. Hablamos de quien tiene la culpa de la burbuja inmobiliaria cuando es evidente que la culpa es de todos y los que lo pagamos somos los ciudadanos de a pie. Hablamos de si Rajoy conocía o no lo que hacía Bárcenas, o si Griñan era tonto y no sabía lo de los ERES. No dudamos en pensar que mujeres del siglo XXI como Ana Mato o la infanta Cristina son tontas y desconocen de donde les viene el dinero a sus maridos. Aún pretenden decirnos que Camps es una víctima...
¿Es que para ser político hay que ser un amoral?. Es una vergüenza que los políticos se llenen la boca de decir que harán cuando están en la oposición, y cuando llega la hora de la verdad y mandan, se dejan llevar por los dictámenes del verdadero poder: el dinero.
Ayer vi el programa de Salvados donde Miguel Sebastian admitía que se sabía que no se podía seguir con las desgravaciones, que se tenía que hacer algo con los bancos, pero que el propio Pepe Blanco le dio un toque diciendo que ojito con tocar a los bancos. Después de cosas así ¿no sale nadie del PSOE a desmentirlo, o si es verdad a dimitir en bloque a los que queden todavía?.
Hasta que no llegue un político, y ya no me importa su color, y me demuestre con hechos que aun hay gente con ética, creo que voy a volver apolítico, que no amoral.

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