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jueves, 26 de octubre de 2017

Catalunya: Generosidad para la convivencia

No voy a perder ni un segundo en analizar los múltiples errores que han tenido ambos bandos en el tema de la independencia de Catalunya. Es una pena que cada parte no haga un poco de autocrítica, nos iría mucho mejor y probablemente no hubiéramos llegado a este punto, pero hemos llegado.

En los últimos días los movimientos hacía una lado u otro de la DUI se han acompañado de gestos, acciones, afirmaciones más propios de personas llevadas por el odio hacia el otro bando que por la alegría de los pequeños hitos alcanzados, se disfrutaba más del daño infringido que de conseguir o no la meta. Se buscaba más el k.o. del oponente que encontrar la solución a un problema: una Catalunya que se rompe. A unos solo les importa los dos millones y algo que votan sí a la independencia, a los otros solo les importa aplastar a los cabecillas de la revuelta. Pero los que realmente somos los importantes somos los más de 7 millones de catalanes, y por ende el resto de habitantes de España, que durante muchos años hemos convivido ejemplarmente. Esa convivencia es lo realmente importante, y para ello hay que hacer concesiones y no buscar la humillación sino el bien común aunque sea a medio plazo.

Si no tenemos todas las partes, empezando por Rajoy y Puigdemont pero acabando por todos nosotros, la suficiente generosidad por conseguir una buena convivencia, de nada sirve ninguna solución, ni DUI, ni 155 ni elecciones. Tenemos que parar esta dinámica de insultos y descalificaciones mutuas, tenemos que demostrar que queremos luchar más por las muchas cosas que nos unen que por las que nos separan, tenemos que demostrar que juntos somos mejores, y dejar a un lado los reproches. Es la hora de pactar, de acordar, de respetar todas las ideas siempre que se defiendan en el marco legal, y si no lo hay, buscarlo, pero no coger la línea recta saltándonos el semáforo en rojo.

Todos necesitamos que los líderes nos marquen el camino del pacto desde la generosidad sin el reproche, que no quiere decir olvidar, todo lo contrario, sino poner la primera piedra para que esto no vuelva a pasar por la incompetencia política que ha marcado estos últimos años.

Dejemos el odio a un lado y busquemos alternativas que mejoren en la medida de lo posible a todos y miremos hacia delante, con temor si no hay otra, pero nunca atrás con rencor. Todos nos lo merecemos, aprovechen estas últimas horas.

Rajoy y Puigdemont Imagen: El Periódico

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